En Equibalance iniciamos caballos jóvenes, comúnmente conocido como doma de potros
La importancia de la convivencia
Para poder comenzar cualquier rutina de trabajo es indispensable establecer una relación sana y de confianza donde prevalezca la comunicación y el entendimiento.
Para ello, los individuos (no importa la especie) deben sentirse bien y equilibrados con sus necesidades básicas como la alimentación, el sueño, el juego o la interacción con los compañeros satisfechas. Esto resulta esencial para establecer un entorno de trabajo donde no resida el miedo o la falta de interés.
Por ello en Equibalance creemos fundamental que durante el adiestramiento, el caballo disfrute de una dieta equilibrada y natural, el sueño no sea interrumpido y el ambiente sea el más adecuado para disfrutarlo, donde el contacto con otros congéneres esté permitido, así como la elección del espacio exterior o interior, o el ejercicio y liberación muscular con variados revolcones o largas galopadas y sobre todo el juego o las caricias.
Así el adiestramiento lejos de resultar un trabajo extenuante que añada un mayor estrés a una vida antinatural resulte el momento idóneo para descubrir cosas y lugares nuevos donde satisfacer la curiosidad y la exploración innata de los caballos jóvenes, de la mano de una persona que les ofrezca la confianza y la seguridad necesarias para vivirlo.
Por esta razón, el adiestramiento comienza con la convivencia diaria del animal con sus cuidadores, donde aprende las pautas de comportamiento óptimas durante la interacción con el ser humano en la que aprende a distinguir el espacio personal de aquellos, así como a disfrutar del contacto con ellos y expresar su confianza abiertamente.
Por ello el establecimiento de una relación basada en el respeto mutuo a través de la comunicación es una pauta básica que se extiende más allá del adiestramiento.
El Programa
Y a partir de aquí nuestro programa de adiestramiento transcurre abarcando distintas etapas que prepararán al caballo tanto pie a tierra como montado, hasta encontrar continuidad junto al propietario.
Dichas etapas podríamos describirlas brevemente a continuación:
- Aceptación de las personas - Primero su amistad y posteriormente su liderazgo
- Aceptación del equipamiento - En primer lugar su ajuste y posteriormente a llevarlo
- Aceptación del jinete - Antes como pasajero, despues como guía
- Aceptación de la embocadura - Primero a llevarla, despues como vía de comunicación
Con este itinerario el caballo además de aceptar a las personas como compañeras y guías, acepta el equipamiento y se habitúa al contacto del mismo en su cuerpo y su espacio personal.
Aprende a ceder a la presión y conducción sugerida sin contacto. Logra una óptima puesta en forma. Lleva a cabo el aprendizaje del patrón de movimiento para cargar óptimamente con el peso dinámico de un jinete.
Fomentamos un desarrollo muscular adecuado para llevar a cabo lo anterior durante el aprendizaje de ayudas y comunicación no verbal jinete - caballo. Se habitúa a factores externos y desarrolla su equilibrio sobre diferentes superficies.
Obtiene un aprendizaje dedicado al auto-control de sus reacciones instintivas tras lo que llega la preparación específica a petición del propietario (tipo de monta, disciplina, etc.).
Y concluímos con la fase adaptación caballo-jinete-propietario y viceversa.
Hemos comprobado que las personas no familizarizadas con nuestro método, a menudo tienen la idea preconcebida, de que el momento en el que el jinete sube por primera vez a su caballo, es un momento además de crítico, la meta del trabajo que realizamos. Nada más lejos de la realidad. La aceptación del caballo de este momento tan sólo es el resultado de la primera etapa que llevamos a cabo, y es el conjunto de todas las etapas las que dan al caballo la preparación y confianza para un futuro con su jinete, en el que ambos disfruten juntos de la experiencia.
Con nuestro programa de adiestramiento el caballo obtiene una base sólida tanto pie a tierra como montado, pero la pieza clave para que el esfuerzo invertido ofrezca los resultados esperados, consiste en la imprescindible implicación de la persona con la que compartirá todo lo aprendido.
Para ello ofrecemos una atención personalizada y adaptada a las necesidades específicas y el nivel de conocimiento del individuo, para ayudarle así a que la relación con su caballo además de duradera esté basada igualmente en la confianza y respeto mutuos, así como en la comunicación.